7 Judas vio que su ejército estaba desbandado y que la batalla le
apremiaba, y se le quebrantó el corazón, pues no había tiempo de volverlos
a juntar.
8 Aunque desfallecido, dijo a los que le habían quedado:
«Levantémonos y subamos contra nuestros adversarios por si podemos
hacerles frente.»
9 Trataban de disuadirle diciéndole: «No podemos; salvemos nuestras
vidas de momento y volvamos luego con nuestros hermanos para combatir
contra ellos, que ahora estamos pocos.»
10 Judas replicó: «¡Eso nunca, obrar así y huir ante ellos! Si nuestra
hora ha llegado, muramos con valor por nuestros hermanos y no dejemos
tacha a nuestra gloria.»
11 Salió la tropa del campamento y se ordenó para irles al encuentro:
la caballería dividida en dos escuadrones, arqueros y honderos
en
avanzadilla, y los más aguerridos en primera línea;
12 Báquides ocupaba el ala derecha. La falange se acercó por los dos
lados y tocaron las trompetas. Los que estaban con Judas tocaron también
las suyas,
13 y la tierra se estremeció con el estruendo de los ejércitos. Se trabó
el combate y se mantuvo desde el amanecer hasta la caída de la tarde.
14 Vio Judas que Báquides y sus mejores tropas se encontraban en la
parte derecha; se unieron a él los más esforzados,
15 y derrotaron al ala derecha y la persiguieron hasta los montes de
Azara.
16 Pero el ala izquierda, al ver derrotada el ala derecha, se volvió
sobre los pasos de Judas y los suyos, por detrás.
17 La lucha se encarnizó y cayeron muchos de uno y otro bando.
18 Judas cayó y los demás huyeron.
19 Jonatán y Simón tomaron a su hermano Judas y le dieron sepultura
en el sepulcro de sus padres en Modín.
20 Todo Israel le lloró, hizo gran duelo por él y muchos días
estuvieron repitiendo esta lamentación:
21 «¡Cómo ha caído el héroe que salvaba a Israel!»
22 Las demás empresas de Judas, sus guerras, proezas que realizó,
ocasiones en que alcanzó gloria, fueron demasiado numerosas para ser
escritas.
23 Con la muerte de Judas asomaron los sin ley por todo el territorio
de Israel y levantaron cabeza todos los que obraban la iniquidad.
24 Hubo entonces un hambre extrema y el país se pasó a ellos.
25 Báquides escogió hombres impíos y los puso al frente del país.
26 Se dieron éstos a buscar con toda su suerte de pesquisas a los
amigos de Judas y los llevaban a Báquides, que les castigaba y escarnecía.
27 Tribulación tan grande no sufrió Israel desde los tiempos en que
dejaron de aparecer profetas.